¿Amigos?
La palabra amigo es muy grande. Se usa con demasiada facilidad pero un amigo no se encuentra tan fácilmente. Dicen que se cuentan con los dedos de una mano y sobran dedos. No lo sé. Lo que si que tengo claro es que los amigos son los que están en las malas y te ponen una mano en el hombro sin hacer preguntas.
Los pseudoamigos, como yo les llamo, se mueven y revolotean a tu alrededor cuando las cosas van bien. Cuando puedes ofrecer algo, allí están. Te regalan sonrisas y bellas palabras que tú, ingenuamente, crees hasta que llega el momento de demostrar y desaparecen.
A veces te equivocas y apuestas por personas que te impresionan a primera vista. Las primeras impresiones también conducen a grandes decepciones. Creo que a todos nos ha pasado alguna vez.
Duele ver y sentir que alguien por quien has luchado y a quien has ayudado siempre que ha estado a tu alcance se esfuma en el justo momento en que eres tú quien necesitas ese apoyo. Pero es mejor verlo y no justificar nada. Simplemente, no era lo que parecía.
Se aprende. A golpes, como casi todo en la vida. Ensayo y error. El método más antiguo de enseñanza - aprendizaje.
A cambio, en esos momentos, la vida te regala la presencia de otras personas. Han estado agazapadas viendo todo el proceso y se levantan justo cuando estás a punto de caer. Esos son los amigos de verdad. Los que llegan sin hacer ruido, te sostienen y te sacan la sonrisa que ni tú sabías dónde estaba escondida. Esos por los que merece la pena mirar salir el sol cada mañana.
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